Es «uno de los mejores guitarristas de su generación». Este fue el juicio que Manuel de la Luz (Huelva, 1980) motivó en el crítico Juan Vergillos, cuando en Diario de Sevilla dio cuenta de «Entreluces», el recital como concertista que, en noviembre de 2010, estrenó en la Sala Joaquín Turina de la capital andaluza.

La confirmación, si cabía tal, se produjo hace apenas meses, en la aún reciente Bienal Flamenca de Sevilla de 2014. En ella, Manuel de la Luz anticipó temas de su próximo disco, que titulará De la Luz. Se trata del mismo recital que ofrece en El Dorado, Societat Flamenca Barcelonesa, en su primer concierto en solitario en Catalunya.

Muy cercano a Manolo Sanlúcar, colabora con él en La Obra Didáctica para la Guitarra Flamenca que este dirige. Tuvo por maestros Juan Manuel Cañizares, Gerardo Núñez, Manolo Franco o Juan Carlos Romero. Pero, no obstante, la bailaora Eva la Yerbuena fue crucial en su formación, desde que en 2004 se incorporó a su compañía.

«Las dos luces que alimentan el toque de Manuel de la Luz son Paco (de Lucía) y (Eva) Yerbabuena. También incluye el puchero su buena dosis de Manolo Sanlúcar», apuntó Juan Vergillos en aquella primera crítica. En efecto, en él se dan un muy sabio sentido del ritmo y, más que barroquismo, el gran dominio técnico alcanzado por las últimas generaciones de guitarristas.

Forma parte, desde 2007, del cuarteto del pianista flamenco Diego Amador, cuyo hijo, (Diego Amador hijo), le acompaña en este recital para El Dorado, Societat Flamenca Barcelonesa, y ha acompañado a cantaores como Carmen Linares, Miguel Poveda, Arcángel, Lole Montoya o La Susi. En el baile también suele ser requerido por Manuela Carrasco o Joaquín Grilo.