Entre lo mejor del baile flamenco en la actualidad, Belén Maya (Nueva York, 1965) ocupa un lugar eminente. Fundamentalmente clásica por formación y temperamento, magistral con su bata de cola, cultiva no obstante una relación intensa y muy singular con lo contemporaneo y las vanguardias artísticas, a las que por flamenca se siente y demuestra genuinamente afín.

El espectáculo “Bailes alegres para personas tristes”, donde forma pareja con la también bailaora Olga Pericet y presentó hace apenas unas semanas en el Mercat de les Flors, sería el último exponente de su vocación indagadora y su afán innovador. El Mercat de les Flors barcelonés es, de hecho, uno de los escenarios donde más se ha prodigado, entre sus giras internacionales.

Pero fue también en Barcelona donde creó el añorado espectáculo “Flamenco de cámara” junto a la cantaora Mayte Martín y el guitarrista Juan Ramón Caro, a quien ahora acompaña también en la gira de presentación de su primer disco como solista, “Rosa de los vientos”. Asimismo, en el Grec 2008, revalidó el éxito del espectáculo Mujeres, con Rocío Molina y Merche Esmeralda.

Hija de la bailaora Carmen Mora y del bailaor Mario Maya, dos nombres históricos en el flamenco, Belén Maya exhibe desde hace años una pletórica madurez artística, desde la que en una excepcional proyección internacional cautiva a públicos muy diversos a través de diferentes registros.

Para El Dorado, Sociedad Flamenca Barcelonesa actuará como solista en un espectáculo improvisado para la ocasión, desde lo más esencial del flamenco. La acompañarán dos nuevos valores del flamenco: el cantaor José Valencia (Barcelona, 1975), y el guitarrista Javier Patino (Jerez de la Frontera, 1974).

Sobrino de Luis de Lebrija, muy activo y estimado en el circuito peñístico catalán, José Valencia se inició entre los aficionados barceloneses. Pero fue el recordado guitarrista Pedro Bacán, en Utrera, quien le afianzó como profesional. Desde 2000, ha acompañado a bailaores tan destacados como Antonio el Pipa, Rafael Campallo, Javier Latorre, Joaquin Grilo, Farruco o Antonio Canales. En 2004 consiguió el premio al mejor cantaor revelación en la Bienal de Sevilla.

Muy vinculado al bailaor Javier Barón, de quien es acompañante habitual y compositor musical de sus últimos espectáculos, Javier Patino publicó en 2009 su primer disco en solitario, “Media vida”, producido por el percusionista Tino di Geraldo. Se formó de niño junto a los maestros Balao y Carbonero, para proseguir junto a Gerardo Núñez y Diego Carrasco. Al compás y el espíritu típico de Jerez, aúna un toque sabio y solvente en extremo para el acompañamiento al baile.