“La suya es una voz templada e íntima, ajustada a tonos y compás, con el volumen adecuado que acaricia o duele; pero jamás molesta o amenaza; con sentido de lo que hace”.
Palabras del jurado del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba,
en su edición de 2001, referidas al cante de Antonio Reyes.
Antonio Reyes, cante
Dani de Morón, guitarra
Concierto
Jueves 2 de junio de 2022 – 19 Hs
Concierto organizado por El Dorado Sociedad Flamenca Barcelonesa
Acceso con inscripción previa para socios.
[Entrada general 12 Euros hasta completar aforo]
Sala Sandaru – C/ Buenaventura Muñoz, 21 (08018 – Barcelona)
Antonio Reyes Montoya (Chiclana de la Frontera) nació en una familia con tradición flamenca: sobrino, por parte de madre, de Roque Montoya Jarrito; y por línea paterna, emparentado nada menos que con José Cortés Jiménez Pansequito. El padre de Antonio, muy atento a sus cualidades, procuró que a muy temprana edad su hijo se interesara por el cante, que lo estudiara y se desarrollara en él. Así, subiría por primera vez a un escenario con siete años. Actuó en la plaza de toros de Jerez, dentro del ciclo de los “Jueves Flamencos”, organizados por Manuel Morao, quien tanto le enseñó, según él mismo cuenta. Su trayectoria cosechó muy pronto importantes galardones. Con diez años obtuvo el primer premio de Fuengirola, en la modalidad de jóvenes. Con trece años fue finalista del Concurso de Mairena del Alcor, y ese mismo año viajó por Estados Unidos enrolado en la Compañía Gitanos de Jerez, dirigida por Manuel Morao. Después recorrería Europa y el resto del mundo con el espectáculo “Misa Flamenca”, junto al guitarrista Paco Peña. Pero es, tal vez, en 2001, cuando su carrera da un salto y se consolida tras alzarse con dos de los más importantes premios del Concurso Nacional de Arte Flamenco. Allí obtuvo el premio Antonio Mairena, con sus seguiriyas y tonás; y el Manolo Caracol, con soleares y bulerías.
En 2006 grabó su primer trabajo discográfico, que no vería la luz hasta tres años después, Viento del sur (2009), del que recordamos unas alegrías junto a Alfredo Lagos. En 2014 obtuvo el Giraldillo al Cante de la Bienal de Sevilla «por incorporar su personalidad al legado de los grandes maestros», según destacó el jurado del certamen y en 2015, a propuesta de Carlos Martín Ballester, registraría el Directo en el Círculo Flamenco de Madrid, un espléndido concierto junto a Diego del Morao que mereció una nominación a los Grammy Latinos. El tándem con Diego prosigue en su último trabajo Que suene el cante (2020), esta vez, un trabajo de estudio, producido por Luis de Perikin, con temas de un inconfundible sabor jerezano en la seguiriya o las bulerías, ecos caracorelos en las malagueñas, acompañadas al piano por Sergio Monroy, y un repertorio que abraza incursiones en el rock andaluz, con una versión de Aires de la Alameda.
De las palabras del jurado que le premiara en Córdoba nos separan veintiún años y en este tiempo el cante de Antonio no ha hecho más que crecer; con una templanza a la hora de medir los tercios que es ya marca de la casa, se ha consolidado como uno de los mejores cantaores de la actualidad.
Nos visita acompañado por Dani de Morón, a quien ya hemos tenido la suerte de escuchar en El Dorado en varias ocasiones. Dani, por ser concisos, es uno de los máximos exponentes de la guitarra actual, con un concepto armónico y rítmico inconfundible. En 21 (2018), interesantísima propuesta de acompañamiento al cante que ideó y desplegó en complicidad con algunas de las voces actuales más representativas, Antonio intervino con unos fandangos y bulerías por soleá extraordinarios. Parece, según contaba el propio Dani en la entrevista concedida a Pituquete en su Sobremesa flamenca, que los mundos creativos de estos dos jóvenes talentos van a confluir en un nuevo proyecto discográfico. La cosa promete.
El Dorado S. F. B.