No es un caso clínico sacado de un relato cualquiera del neurólogo Oliver Sacks como aquel de «El hombre que confundió a su mujer con un sombrero» pero casi.
Ha encontrado en su propio laberinto un método para poder expresarse y, además, despuntar en el mundo del Arte:
1.»¿Es posible aflamencar cualquier movimiento?».
2.»El público es la muerte».
3.»Tener un amigo que lea».