Miguel Ochando, al toque, y Fernando Rodríguez, al cante, evocan a Enrique Morente desde lo más genuino de la escuela flamenca granadina
El Dorado, Sociedad Flamenca Barcelonesa, abre el curso con una nueva aproximación al universo estético de «Lo Morente», que encarnó el histórico cantaor.
Recital a cargo de Fernando Rodríguez, (cante) y Miguel Ochando (guitarra).
Jueves, 6 de octubre de 2016, 20 h. Entrada 10€, socios gratis
Sala Sandaru (Buenaventura Muñoz, 21. 08018 BARCELONA).
Aunque abierto a un ingente horizonte de referencias musicales y literarias, y por ello renovador, Enrique Morente nunca dejó de cultivar vínculos con la escuela flamenca granadina, con sus estilos y figuras características. De ese universo de relaciones mútuas dan razón, también, artistas como el guitarrista Miguel Ochando (Miguel Molina Martínez. Granada, 1965) y el cantaor Fernando Rodríguez (Granada, 1961).Con su voz gruesa y de profundo raje, tan diferente a la más laína y asimismo flamenca de Enrique Morente, Fernando Rodriguez colaboró con aquél en recitales de dos de sus álbumes de mayor relevancia: Nada menos que Omega (1995) y Misa flamenca (1991). Múltiples afinidades, no sólo en los repertorios flamencos compartes, y a la vez contrastes, en sensibilidades además de timbres y registros vocales.
Fernando Rodríguez contaba entonces, y más ahora, con una notable carrera, en la que venía cantando para bailaores como Mario Maya, frecuentando a los guitarristas de la familia Habichuela, y sobre todo cantando «alante» en numerosos festivales junto a Camarón, Lebrijano, Curro Malena o el propio Enrique Morente. Fernando Rodríguez es asimismo tío del también cantaor Pedro El Granaíno (Granada, 1973), de gran proyección, que la pasada temporada actuó en El Dorado a propósito de «Lo Morente».
Desde Granada, igualmente, en el guitarrista Miguel Ochando se aúna una doble formación: la más vivencial y apegada al cante o al baile, en la línea de la saga de los Habichuela, y la de mayor intención académica que, a mediados del siglo XX, desarrolló Manuel Cano Tamayo, fundamental en la evolución de la guitarra flamenca de concierto. Miguel Ochando fue discípulo directo de aquel gran maestro, cuando con apenas diez años ya acompañaba a cantaores aficionados en la Peña La Platería.Para el cante y el baile, el toque de Miguel Ochando ha sido requerido por una extensa y a menudo brillante pléyade de artistas. Entre otros Carmen Linares, con quien llevó al flamenco las Canciones Populares Antiguas de García Lorca. Asimismo, el bailaor Mario Maya, cantaores como Antonio Núnez, Chocolate, Miguel Poveda, Arcángel, José Mercé o Luis Heredia, El Polaco, e igualmente otros guitarristas, entre los cuales Juan Habichuela o Gerardo Núnez.
Con Enrique Morente, la de Miguel Ochando fue la guitarra solista de «Alegro Soleá», la composición para orquesta clásica, cante y guitarra flamenca que el cantaor creó y estrenó con la Orquesta de Cámara Ciudad de Granada en los Reales Alcázares de Sevilla, en la Bienal de 1990. También colaboró con Enrique Morente en su imprescindible álbum Morente-Lorca (1998), y con la Orquesta de Cámara de Granada en su versión de «La vida breve», de Falla.
Como guitarrista de concierto, Miguel Ochando vindicó a los creadores históricos del género, de Esteban de Sanlúcar o Ramón Montoya a Niño Ricardo o Sabicas, en el álbum Memoria que en 2007 presentó con un memorable recital en El Dorado, Sociedad Flamenca Barcelonesa. En paralelo anima junto a Paco Cortés, Emilio Maya y, ocasionalmente, Miguel Ángel Cortés, el trío instrumental Guitarras de Graná.
Miguel Ochando Homenaje a Sabicas
El Dorado, Sociedad Flamenca Barcelonesa, tiene por finalidad promover el goce, el conocimiento y la divulgación del Arte Flamenco. Para ello, organiza actuaciones de artistas flamencos, así como conferencias, cursos, audiciones y proyecciones audiovisuales, con particular atención a los aspectos del Arte Flamenco relacionados con la vitalidad creativa y la historia cultural de Barcelona y, en general, Catalunya.