“ En realidad, llevaba un tiempo queriéndome presentar como instrumentista, pero con la voz, por hacer ver al público que la voz sirve para algo más que para cantar ”
Matías López (en la entrevista realizada por Sara Arguijo en DeFlamenco.com)
El Mati, cante
David Caro, guitarra
Javi Rabadán, percusión
Concierto
Jueves 4 de marzo a las 19 Hs
Sala Sandaru – C/ Buenaventura Muñoz, 21, Barcelona
Aforo Reducido. Acceso por invitación con inscripción previa.
Sala Sandaru (C/ Buenaventura Muñoz, 21. 08018 BARCELONA)
La frase que encabeza esta nota es toda una declaración de intenciones y resume cómo y desde dónde afronta la creación este original cantaor. Tras hacerse con uno de los galardones más preciados, la Lámpara Minera del Festival de La Unión en 2019, Matías López, El Mati (Badia del Vallès, 1985) confiesa que hacía tiempo que meditaba presentarse, pero, atención, no inscribiéndose como cantaor sino como instrumentista -sirviéndose de la voz-. Suena a boutade pero lo venía pensando seriamente y si no formalizó la inscripción, según cuenta, es porque quería preparar muy bien esa participación y con los compromisos profesionales no llegaba a tiempo. Lo curioso es que, por sugerencia de David Caro, el guitarrista que hoy le acompaña, acabara presentándose de forma, digamos, ortodoxa, y no tuviera que prepararse tanto como suele ser costumbre para alzarse con el gran premio. La anécdota nos habla de muchas cosas, de lo incorporado que tiene el Mati todo el registro de cante tradicional, nos habla de sus cualidades vocales y de una extraordinaria facilidad natural, sí, pero también de su interés por ir más allá, por subvertir roles y poner el foco en toda la potencialidad musical que contiene su voz como instrumento y en las posibilidades que ofrece el flamenco como campo musical expandido, dando cuenta de un espíritu lúdico y desprejuiciado. Para querer presentarse como instrumentista no basta con tener la idea y la osadía, hace falta disponer de un registro amplio, de sobradas facultades vocales, de un firme conocimiento musical y cierta perspectiva. De todas estas virtudes hace acopio el cantaor que hoy nos visita, un cantaor autodidacta, por cierto, que creció en el entorno de una Barcelona donde proliferaban ya las formaciones regladas.
Lo cierto es que su visión instrumentista de la voz aún está por llegar a La Unión, pero él ya tiene la Lámpara y el empujón mediático que la acompaña para llevar dicha visión donde quiera.
En cualquier caso, el Mati no era un desconocido para los aficionados, de hecho es fácil rastrear su participación en innumerables espectáculos, colaborando con grandes artistas, porque desde que empezó no ha parado de trabajar. Bailaoras y bailaores se lo rifan porque conoce como nadie los códigos del oficio y contar con él es una garantía. Ha trabajado con figuras como Antonio Canales, Belén Maya, la Moneta, Rafaela Carrasco, Olga Pericet, Manuel Liñán, con el Ballet Flamenco de Andalucía, con Pepe Habichuela, Chano Domínguez, y con jóvenes talentos como Alfonso Aroca, Sergio de Lope o Mélodie Gimard. Y pese a no detenerse, encontró tiempo, también, para elaborar trabajos más personales. Así, participó en AMORENTE (2016), homenaje en el que también estaban Nino de los Reyes, Karen Lugo, José Maldonado y Sandra Carrasco. Y es que, aunque bebe de muchas fuentes, su predilección por Enrique es clara y no para de dar buenas muestras de ello, como haría en su proyecto propio Patio de Morente. En 2018 sacó su primer disco, 12de4 (Caló Records), rindiendo homenaje al legado del Lebrijano, Pansequito, Juanito Villar y Gaspar de Utrera, cuatro formas cantaoras que revisitó, una vez pasadas por el tamiz de su propio entender, con el formato más clásico (voz, guitarra y palmas), salvo en la petenera y en la última pieza, Sin Fronteras, unas Galeras -aquel palo que sacara el Lebrijano- que aprovechó para cambiar de registro e incorporar otras sonoridades. Desde entonces, destacamos su reciente espectáculo El Mati 2.0, presentado en el Teatro Real y donde ya están sus cómplices musicales de hoy, el joven y talentoso guitarrista David Caro, quien le acompañó en su aventura de la Unión y en tantas otras, la percusión de Javier Rabadán, el baile de Pilar González, autora, por cierto, de muchas de las letras que se escuchan en 12de4 y Óscar Lago, guitarrista y productor de Jugando, el próximo trabajo discográfico que preparan y, esperamos, aparecerá pronto.
EL DORADO
Sociedad Flamenca Barcelonesa
RESEÑAS
B!ritmos / Cándido Querol