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Ezequiel Benítez [cante] y Paco León [guitarra]
21 noviembre 2024 – 19:00h
Sala Sandaru (CC Parc Sandaru)

Treinta años de cante, este es el título de la gira que a lo largo de este año ha realizado
Ezequiel Benítez por la geografía española para celebrar con el público el tiempo transcurrido
desde que se subió por primera vez a un escenario.

Ezequiel Benítez, cante
Paco León,
guitarra
Concierto

Lugar: Sala Sandaru – Calle Buenaventura Muñoz, 21 (Barcelona)
Fecha: jueves 21 de noviembre 2024 a las 19 hs
Concierto organizado por El Dorado Sociedad Flamenca Barcelonesa

Aforo Reducido. Acceso con inscripción previa para socios.
No existe venta anticipada ni reserva de entradas
[Entrada general 15 Euros hasta completar aforo]
Sala Sandaru – C/ Buenaventura Muñoz, 21 (08018 – Barcelona)

Nacido en el jerezano barrio de Santiago en 1979, Ezequiel Benítez, creció en una familia donde el flamenco tenía carta de naturaleza. Su padre, Alfredo Benítez, además de ser un buen guitarrista que acompañó a cantaores singulares de Jerez y participó en el emblemático disco La Nueva Frontera del Cante de Jerez (1973) junto a las guitarras de Parrilla, Niño Jero, Moraito y las voces de Manuel Moneo, Rubichi, Mateo Soleá, El Torta, el Nano de Jerez, etc.., fue, ante todo un extraordinario divulgador del flamenco, muy respetado en su ciudad por su generosidad con los jóvenes y por su capacidad para sentir y expresar el particular y exquisito gusto por el cante que tienen en Jerez.

Así creció y así se hizo cantaor, con toda naturalidad y casi sin darse cuenta aprendió ese cante sentido, corto y directo tan propio de su tierra. Pronto llegaron los éxitos y reconocimientos; en 1997 ganó el Primer Premio de Jóvenes Valores de Jerez, al año siguiente el de cante por livianas en Puerto Real, en 1999 ganó el Yunque Flamenco de Catalunya y en el 2000 fue finalista en el concurso de Jóvenes Interpretes de la Bienal de Sevilla y del Concurso Nacional de Córdoba.

Tiene cinco discos en su haber. Sobrellevé (2008) fue su opera prima en la que conjugaba cante clásico; soleares, alegrías, seguiriyas, cartagenera… con canciones de otros estilos como por ejemplo la balada que compuso y que interpretaron en otros ámbitos India Martinez y Malú. Ezequiel quiso incluirlo en su primer disco para explicitar la amplitud de su abanico musical. Años después se embarcó en una obra magnifica que le ocupó cinco años, una especie de enciclopedia particular del cante, una Trilogía que tituló “Las Quimeras del Tiempo“ Mi cante (2015), Recuer2 (2018) y Ilus3 (2020 ). El propio Ezequiel lo explica así “: es el fruto de miles de horas de estudio. En mi casa tengo casi cuatro mil cintas, algunas de antiguos cantaores olvidados, como La Bolola, Manolito de María o María Bala pero también de Frijones, El Gloria o el Chozas, Tío Borrico etc….. La mayoría del repertorio es mío porque a esos cantes viejos le he añadido giros y nuevas intenciones, filtros por mi manera de sentir y expresarme…mi padre me enseñó a sacrificarme y enamorarme de ese mundo tan bonito… He disfrutado mucho en el camino…me hizo entender que el cante de Jerez era de una manera particular que no es ni
mejor ni peor que otros pero si es propio, distinto …”

Su último disco es Dukkha (2022) el título viene del Sáncrito que significa dolor en el alma, lo que los flamencos llaman Duquelas. Un disco espléndido en el que se acuerda de su padre al que la pandemia se lo llevó. Sin embargo no es un disco triste si no un canto a la vida aunque en ella también esté la muerte. Un disco en el que brilla su guitarrista habitual en estos tiempos; Paco León, (Puerto Santa María, 1991) de él dice Kiko Valle “Mucha culpa del éxito del disco se debe a la sonanta de Paco León. Una guitarra que comprende y respira el mismo aire que Ezequiel. Una guitarra gorda y flamenquísima que habla el lenguaje de Benítez y sabe recogerlo, animarlo, dejarle su sitio y tomar el propio, sin invadir, otorgando espacio. Un corazón que discurre por las seis cuerdas para bordar con encajes de bolillos el acompañamiento exquisito y pulcro de la Dukkha de Ezequiel Benítez”.

El Dorado Sociedad Flamenca Barcelonesa

Ezequiel Benítez, cantaor: «El flamenco tiene que estar 24 horas en tu cabeza; no es de papagayos»

Cumplir 30 años en la música no ocurre todos los días. Poderlo celebrar en tu tierra, cuanto menos, es algo muy bonito.
Sí que lo es. Y, además, súmale que este aniversario es consecuencia del amor y el cariño que le he puesto a todo esto. Es recordar un poquito y mirar hacia atrás.
Hay quien aún te recuerda de joven por aquí, con melenas y rizos.
(Ríe) Y todavía los tengo, lo que pasa es que cambié el look.
Y tú padre atrás escondido entre el público.
Y cantando a la vez mía.
¿A la vez tuya?
Sí, qué bonito. Yo miro para atrás y miro fotos y miro momentos y digo guau, tío. Si supiera ese niño de aquel momento todo lo que he conseguido después. Pero me enseñaron a sacrificarme, a enamorarme de este mundo tan bonito. Y a entender ese mundo universal que no todo el mundo llega a entender. El flamenco tiene un mundo espiritual muy bonito y a mí me lo enseñaron desde chico. Entonces he disfrutado mucho del camino.
¿Qué te diría tu padre si te viera ahora? Porque yo creo que desde que él no está hay un punto de inflexión muy importante en tu carrera.
Yo creo que él se alegraría mucho porque yo siempre tengo sus consejos en mi cabeza. Y su forma de sentir, yo sé lo que a él le gustaba. Lo que me hizo entender por qué el cante de Jerez era de una manera. Y por qué los cantaores de Jerez cantaban así. Y me hizo entender muchas cosas que me hizo enamorarme de ese mundo. Entonces yo creo que estaría muy contento de todo lo que estoy consiguiendo artísticamente. Y sobre todo de mi forma de expresarme. Que cada vez canto más cortito y directo.
Como diría tu padre, el gran Alfredo Benítez, más filosófico.
Más así, con mi forma, con mi causa. Mi causa era mayor, por todo lo que me ha pasado en mi vida. Ahora estoy comprendiendo más lo que él me ha hablado antes. Estoy siendo cada día mayor. Nosotros hacíamos un trabajo en el que incluso analizábamos la edad que tenían los cantaores.

Recuerdo que me decía: “aquí cantaban de esta manera” o “ten cuidado que aquí no llegaba porque su agudo no era bueno”. Y lo que hacíamos era coger lo que hacían y lo mejorábamos. Le dábamos mil vueltas e intentábamos mejorarlo, claro. Intentándolo, siempre. Incluso las cosas del Chozas que hago y las cosas de la Bolola, si coges lo original y el mío, te das cuenta de que yo le añadí una frase más. O le metí una cosa donde no estaba.

Precisamente ahí es donde está la creación.
Y además nos salía natural, que es lo bonito. Y me decía ¿qué te parece esto? Él conseguía que el flamenco estuviese 24 horas en mi cabeza.
¿Qué se va a encontrar la gente que te vea mañana el viernes en la Fiesta de la Bulería?
El que lleve tiempo sin verme, creo que se va a sorprender. Porque yo soy otro cantaor de hace unos años para acá. Y soy un cantaor más directo, más visceral, más yo. Más de verdad. Y conecto mucho con la gente, por eso, por mi forma de transmitir mis letras, mis formas. Y yo creo que ahí está mi éxito de ahora.
¿Qué tiene Ezequiel Benítez que hace que sea un artista de los que no para en todo el año?
Gracias a Dios. Y, además, tengo la suerte de tener a una persona a mi lado — su pareja — que me hace sentirme libre. Ella es la que se encarga de hacer la parte dura, que está detrás y no se ve, para que yo pueda seguir creando. Eso es fundamental para el estado emocional de un artista. El secreto puede estar en que yo me dedico a crear y ella de todo lo demás. Eso, al final, es fundamental. Yo a ella la necesito a mi lado siempre.

Y la verdad es que a ella la llama mucha gente y todo funciona sin que seamos nosotros los que tengamos que llamar, que es lo bonito. El público está conmigo de una manera como muy conectado.

Como artista y compositor todoterreno que eres. ¿Cuánto va a tener de cante y cuánto de esa otra faceta tuya que también tuviste este concierto?
Pues va a tener un poco de cada uno. Voy a intentar que la parte más atractiva de cada época pueda estar ese día en el escenario. Será un concierto de cante, de cante flamenco, cante ortodoxo, que es lo que yo he hecho siempre, con mi personalidad, mis letras, recordando cosas. He hecho cosas nuevas solo para este espectáculo. Creo que la gente que quiere escuchar cante es lo que va a escuchar.
¿Eso no incluye ‘Sobrellevé’?
(Ríe) No, no, no. Yo soy cantaor, no quiero equivocar a la gente. Y decidí, desde hace mucho, desde que grabé ese disco, ser solo eso: cantaor. Es cierto que cuando grabé Sobrellevé quise sacar mi parte compositora, pero al público lo equivoqué un poco. Así que cante clásico y ortodoxo es lo que habrá mañana en Los Claustros de Santo Domingo.

De todos modos, aunque se popularizara con India Martínez, no es el único tema que compuse en aquella época. Hice muchas más. Recuerdo que incluso gané un premio en Miami al Mejor Autor Latinoamericano con una balada que compuse para Alejandra Rodríguez, una chica que salió de la copla, pero hay mucha gente no lo sabe. Así que eso está ahí. Es innegable. Aunque no le doy tanta importancia como a mi cante, pero incluso tengo mi estudio en casa y hago producciones para muchos artistas.

No perdamos el hilo entonces y volvamos a lo de mañana viernes ¿Quién te acompaña en el escenario?
Mi equipo de siempre. Me gusta rodearme de gente buena, que no me falla, que está conmigo y que tiene una calidad artística muy alta. A la guitarra viene Paco León, que es un inseparable, aunque también mañana estará con nosotros Marcos de Silvia, que es un niño que se acaba de llevar el segundo premio en La Unión, así que fíjate el recorrido que tiene siendo un niño todavía. De hecho, ha estado en Lo Ferro con nosotros.

A la percusión Carlos Merino, que es también un inseparable desde que éramos niños y, ahora, cuando llevo percusión, para mí es un fijo y, a las palmas, me acompañan Eduardo Gómez, Tate Núñez y Nahim Real, que son de Cádiz. Y no se me puede olvidar, también va a estar conmigo Chicharito de Jerez, que es todo un lujo tenerlo. Para mí es un referente en todo. ¡Ah! Y como técnico de sonido viene también conmigo José Amosa.

Ocasiones especiales tienen tratamientos especiales también. ¿Algún secreto que se pueda confesar?
De momento, lo único que te puedo decir es que lo vamos a grabar. Tanto el audio por pistas como en vídeo. Y vamos a ver qué sale. Porque muchas veces pasan cosas. Tú lo grabas, te puede gustar o no, pero dices sí. Y si es que sí, quiero jugar sobre seguro, claro está.
Y ya para terminar, ¿vacaciones para cuándo en este verano frenético?
Pues eso, de momento, está complicado. De hecho, el sábado tengo que estar en el festival flamenco de Ardales, en la Bienal de Flamenco de Sevilla estoy en el Muelle Camaronero, en la Noche Única dedicada a Jerez, también subo a Madrid a la Suma Flamenca, los Jueves Flamencos de CajaSol en Sevilla. Y eso es solo septiembre y octubre. Y, por aquí cerca, el día 1 de septiembre cierro la Feria de Guadalcacín en la caseta municipal.
Si así llega el otoño, como mínimo hasta Navidad…
Pues te puedo adelantar que vamos a hacer alguna cosa. Lo que pasa es que aún no podemos decir nada. Pero algo vamos a hacer.
Eso significa que tendremos que vernos otra vez pronto.
Cuando tú quieras.
Fotografía: MANU GARCÍA

Fotografía: MANU GARCÍA

«Mi padre estaría orgullo de lo que hemos conseguido»

Ezequiel Benítez Domínguez (Jerez, 1979) es un artista tan clásico como actual, que ofrece una impronta singular y personal a todo lo que sube al escenario. Cantaor de corte clásico y ortodoxo, el barrio de Santiago que le vio nace hace ya casi medio siglo —45 años— puede llevar a gala que uno de sus vecinos de mayor peso y relevancia actual, lleva en la masa de la sangre la filosofía del cante corto y directo que es santo y sella del arrabal, tanto por los festivales flamencos de verano que le reclaman, así como por las distintas peñas flamencas de toda la geografía nacional que cuentan en sus programaciones con él.

Inculcado por su padre durante su fase de aprendizaje y eclosión artística, en su fuero interno es un paladín que salvaguarda a la vez que renueva a los clásicos, con una dedicación, amor y originalidad inusual. De hecho, tal y como se puede comprobar en la entrevista concedida a lavozdelsur.es, lleva implícito en su discurso el amor por la raíz y la base como cimientos fundamentales de la creación.

Con cuatro discos en el mercado (Sobrellevé en 2008, Quimeras del Tiempo en 2015, Recuer2 en 2018 e Ilus3 en 2020, este último nominado a los Grammy Latinos como mejor álbum flamenco), el próximo viernes día 16 de agosto, a partir de las nueve y media de la noche, se subirá al escenario para abrir la Fiesta de la Bulería de Jerez en 2024 y conmemorar 30 años de una trayectoria artística, que repasa junto a nosotros en esta entrevista, después del último de los ensayos preparatorios en la Asociación Cultural Flamenca Fernando Terremoto.