ALQUIMIA EN CONSTRUCCIÓN
Con el Misisipi bañando Triana y el Guadalquivir atravesando Luisiana, no sería difícil imaginar a Bessie Smith cantando a compás y a Pastora Pavón marcando las pautas del blues más genuino. Coetáneas en el tiempo y ungidas en los lodos de la pobreza y la discriminación una negra y una gitana se erigieron, sin conocerse, en la voz de un mismo lamento e idéntico sentir. Más allá del ‘spanish touch’ que perfumaba la Nueva Orleans de los albores del jazz y de la negritud que Lorca detectó en su “Teoría y juego del duende” después de su paso por Nueva York, el destino del flamenco y el jazz se ha ido escribiendo con un océano de por medio.
Aunque los encuentros vienen de lejos y sus artífices hayan sido primeros maestros en su oficio, aún hoy es hora que el término o la etiqueta flamenco jazz o jazz flamenco disponga de la homologación oficial que determine si es rama o injerto en el tronco de ambos géneros.
No es tarea ni afán de esta Sociedad Flamenca sentar cátedra y aún menos dictar sentencia al respecto. Dirimir si fueron los saxos de El Negro Aquilino y Fernando Vilches y la guitarras de Manolo de Badajoz y Ramon Montoya los pioneros en la contienda o si todo cristalizó tres décadas después –con el permiso del Saint Louis Blues de Carlos Montoya–, cuando el marco alemán financió el encuentro entre Pedro Iturralde y Paco de Lucía. Hasta que punto el sexteto de Paco de Lucía, con Pardo y Benavent en nómina, fue el libre albedrío de la santísima trinidad que supuso el encuentro del de Algeciras con John McLauglhin y Al Di Meola.
Así como todo lo que vino durante y después con Pepe Habichuela y Don Cherry, Enrique Morente y Max Roach, Chano Dominguez, Javier Colina, Guillermo McGill, Diego Amador, Dorantes, Jerry González y sus Piratas del Caribe, Marc Miralta y su New York Flamenco Reunion o Perico Sambeat y su Big Band Flamenca, entre muchos otros.
Y aun menos dilucidar si los intentos desde el otro lado del espejo fueron zalamerías a lo exótico o incursiones aromáticas de una esencia inabarcable. Ahí estan ‘El Vito” del Olé de Coltrane, la ‘Soleá’ del Sketches de Miles o el ‘Spain’ de Corea, por citar algunos y, eso si, desterrar a lo anecdótico lo acometido en fase previa por Lionel Hampton.
Lo que si procede para El Dorado es poner en la palestra una muestra de esa escena a través de algunos de sus exponentes y conocedores más autorizados. De eso va este ciclo. De una alquimia en construcción. Va por ustedes.
Pere Pons
marzo 2019
PROGRAMACIÓN DEL CICLO
FLAMENCO-JAZZ
Todos los eventos empezarán a las 20:00 Hs y se desarrollarán en la
Sala Sandaru. Calle Buenaventura Muñoz, 21 Barcelona
Entradas en taquilla el mismo día del concierto a partir de las 19:15 Hs
Precio 12 Euros (socios de El Dorado SFB gratis)
Todos los coloquios, performances y conferencias son con entrada libre
AFORO LIMITADO
No hay posibilidad de reserva ni de venta anticipada