Jesús Méndez (Jerez, 1984) nos visitó por primera vez hace catorce años. Entonces era un joven cantaor, todavía desconocido para el gran público, que venía a presentar su primer disco, Jerez sin fronteras, producido por su gran valedor, el guitarrista Gerardo Núñez, quien supo ver en él las cualidades del artista que hoy es y lo incorporó a su compañía, con la que viajó por todo el mundo. Aquel disco, que contaba con la guitarra de su querido Moraíto, recibió el Premio Nacional de la Crítica al Mejor Disco Revelación. Volvió en 2011 para adelantarnos lo que iba a ser su segunda publicación, Añoranza. Del aquel recital recordamos la portentosa soleá apolá que cantó recreando la grabación de Antonio Mairena, Mis recuerdos a Charamusco. Con la publicación del disco descubriríamos también las bulerías en homenaje al gran cantaor Juan Moneo El Torta, con letra de David Lagos.   En 2017 presentó nuevo trabajo, Voz del Alba y estuvo de nuevo con nosotros. Un año después acudiría a la llamada de su amigo Dani de Morón para grabar en 21, en palabras de Gamboa: “de Jerez, por tientos, Jesús Méndez con sus dones, ese rajo varonil de primera y la pincelada caracolera”. Ambos artistas cerraron la primera edición del Festival Desvarío, junto a Patricia Guerrero, de modo que socios y amigos de El Dorado han podido seguir en directo y de primera mano la brillante trayectoria de este joven cantaor. Su último trabajo es Recordando a la Paquera de Jerez, donde recoge una selección y recuperación de temas emblemáticos de su tía, con arreglos para orquesta y las guitarras de Diego del Morao, Antonio Rey y Dani de Morón.

Con unas dotes vocales formidables y una potencia marca de la casa, Jesús ya es referente cantaor de su tierra, aunque, como parecía aludir con el título de su primer disco, no se circunscribe al repertorio que se atribuye estrictamente a Jerez; brilla especialmente en bulerías, seguiriyas y soleares, sí, pero su afición e inquietud le han llevado a incorporar otros estilos que ejecuta con la misma maestría y se mira en otras voces, tal vez menos reivindicadas, como la de Sernita. Como él mismo dice: “Puedo escuchar el disco de Chacón que hizo el maestro Enrique Morente, o a Mojama, Toronjo, el Torta… no me quedo con ninguno. Me gustan todos”. Ha participado en numerosos proyectos, varios de ellos con el compositor Mauricio Sotelo; especial fue la ópera El Público, obra póstuma de Lorca que Sotelo estrenó en el Teatro Real de Madrid. Cuenta con innumerables colaboraciones de altísimo nivel, y ha trabajado con bailaores como Belén Maya, en TR3S; Andrés Marín, en La pasión según se mire; o Rocío Molina, en Vinática o aquel Por el decir de la gente, presentado en la Bienal de Málaga de 2007, basado en los cantes sin guitarra, vertiente en la que Jesús se sabe prodigar, con romances y tonás, extraordinariamente bien.

Viene acompañado por la guitarra de Antonio Higuero (Jerez, 1969), artista con una amplísima experiencia en el acompañamiento al cante. Estuvo desde niño en estrecha vinculación con las peñas flamencas de Jerez, por la gran afición de su padre, y empezó a estudiar guitarra en la Academia de El Carbonero y José Luis Balao. Más tarde empezaría a trabajar en espectáculos de Manuel Morao. Como él mismo cuenta, la figura clave en su carrera fue el gran cantaor Fernando Terremoto hijo, quien se fijó en su forma de tocar y le pidió que trabajara con él. Desde entonces se consolidó en esta faceta de la guitarra y hoy es habitual acompañante de jóvenes como Antonio Reyes, Rancapino Chico o el propio Jesús que le reclaman por su solvencia y buen hacer en el arte de acompañar.