“El grupo de intelectuales y amigos entusiastas que patrocinan la idea del concurso, no hacen más que dar una voz de alerta.
¡Señores, el alma música del pueblo está en gravísimo peligro. El tesoro artístico de toda una raza va camino del olvido.!
Puede decirse que cada día que pasa cae una hoja del admirable árbol lírico andaluz. Los viejos se llevan al sepulcro tesoros inapreciables de las pasadas generaciones y la avalancha grosera y estúpida de los couplés, enturbia el delicioso ambiente musical popular de toda España”
Con este párrafo abrió la conferencia “Cante Jondo. Primitivo canto andaluz” que Federico García Lorca impartió en el Centro Artístico el 19 de febrero de 1922
«Burlas y Veras del 22»
Conferencia
José Javier León
MARTES 14 de junio de 2022 – 19 Hs
Conferencia organizada por El Dorado Sociedad Flamenca Barcelonesa
[Entrada libre hasta completar aforo]
Sala Sandaru – C/ Buenaventura Muñoz, 21 (08018 – Barcelona)
Desde ese yerro se construyó el célebre primer concurso de cante flamenco de la historia, que no se podía llamar flamenco. si no Jondo para enfatizar mejor su significado y en el que no participaron los profesionales porque se trataba de buscar lo primigenio, “el alma música del pueblo” que dice Lorca con acento Herderiano, es decir lo que no está contaminado, lo puro. Ahí está el asunto, un siglo después sigue en boga el vocablo, ese tesoro que precisamente por ser antiguo e ignoto marca el sello de lo auténtico.
Para Ortiz Nuevo, “el 22 es la historia de una gran mentira” porque presenta el flamenco como “un género no apto para ser ejercido a la manera profesional, lo trata como una actividad rudimentaria, antigua y rancia, incapaz de crecer y prosperar pero que tampoco mengua ni se afina ni evoluciona… y por tanto deja de ser un arte para escuchar, aprender y experimentar y se reduce a una actividad permanentemente amateur, propia para las noches de fiesta”. Ese enfoque y su desarrollo, tuvo sus consecuencias perniciosas en las décadas posteriores cuando la corriente “regeneradora” que marcó la línea oficialista del flamenco, vistió a la criatura con el ropaje de Canto Primitivo Andaluz para presentarse en sociedad en 1956, año del concurso de Córdoba, de la publicación de Flamencología de González Climent y de la Antología de Hispavox. Un ejemplo esperpéntico de ese desenlace, fue el concurso del cincuentenario en Granada donde los finalistas, los veteranos El Perro de Paterna y Manuel Avila y los jóvenes Calixto Sánchez, Chaparro de Córdoba y Diego Clavel tuvieron que presentarse como aficionados porque el concurso estaba vetado a los profesionales, obviando, entre otras cosas, que este último había actuado, en Granada mismo, en el Festival del Paseo de los Tristes de 1971, es decir, el año anterior a este evento.
Aún así, a pesar del extravío que le dio vida, resulta innegable el soberbio aporte que el concurso del 22 ofreció al mundo del flamenco sobre todo mediático. La autoridad de Don Manuel de Falla y el entusiasmo de Lorca y otros jóvenes como él, como Manuel Ángeles Ortiz (autor del cartel del Concurso), propició que la convocatoria cumpliera sobradamente las expectativas. A la cita acudieron personalidades importantes, como Ignacio Zuloaga, Ángel Barrios, Rodríguez Acosta, Andrés Segovia, Edgar Neville, Santiago Rusiñol, Chaves Nogales, Fernando de los Rios, Felipe Pedrel, Ramon Gómez de la Serna…etc., y en la ciudad se vivió, durante esos días, una intensa vida social y cultural que perduró en la memoria de los asistentes, si a ello sumamos los apoyos nacionales e internacionales que Falla había recabado, el resultado fue un escaparate monumental para los intereses del flamenco. Paradójicamente los primeros beneficiados fueron los profesionales (aquellos que el concurso vetó) que vieron cómo se ampliaba la demanda pudiendo acceder a un público amplio y aforos de mayor envergadura. También las casas discográficas ampliaron su catálogo no solo en cantidad si no también abriendo el abanico de estilos que antes del concurso no se grababan por el escaso interés comercial que tenían.
De todo eso y algo más, nos hablará José Javier León. Quizás también de la Fertilidad del Error que así titula el texto con el que cierra el libro que ha escrito a propósito del tema que nos ocupa, refiriéndose a errores de toda índole, científicos, artísticos, políticos que desembocan en fecundos descubrimientos o soluciones luminosas, como, por ejemplo, fue el caso de Cristóbal Colón que un error de cálculo geométrico acerca del tamaño de la esfera terrestre, le hizo creer que partiendo hacia el oeste encontraría una ruta más corta para llegar a Asia. Lo que encontró, para su gloria, fue, ni más ni menos que el continente americano, el Nuevo Mundo.
José Javier León es licenciado en Filología Hispánica y doctor en Literatura Española. Ejerce la labor docente en el Centro de Lenguas Modernas de la Universidad de Granada, así como en cursos de posgrado. Como profesor invitado, ha dictado conferencias y seminarios sobre literatura y cultura españolas, flamenco y canción en Europa y América. Ha publicado tres obras para la colección Flamenco y cultura popular, de la editorial Athenaica. El duende, hallazgo y cliché (2018), obra que habla de la naturaleza del duende, los sinuosos y aun detectivescos caminos de su fábrica y sus cansados pero incansables epígonos. Juego y teoría del duende. Estudio y edición crítica anotada (2018), trabajo cosechado tras años de cuidadoso estudio de la conferencia más célebre de García Lorca. La sangre derramada. Ecos de la tauromaquia de Sánchez Mejías en García Lorca (2020), un profundo estudio de la tauromaquia de Lorca y la figura de Sánchez Mejías, que recupera, además la interesante conferencia que el torero dio en Nueva York: El pase de la muerte. Ha recibido hace tan solo unos meses, el premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos de este año por el ensayo titulado Bolero. El vicio de quererte.
El Dorado
Sociedad Flamenca Barcelonesa