La de Rafael Riqueni (Sevilla, 1962) es, en efecto, una de las personalidades más originales e intensas que se han producido en el flamenco, dotado de una gran sensibilidad lírica. “Un músico rompedor, mágico y de una calidad fuera de lo normal”, a juicio de José Manuel Gamboa.

Coinciden en él la experiencia desde la niñez en el acompañamiento al cante, de la mano de su padre y primer maestro, Rafael Riqueni Alonso, y una particular afinidad hacia los compositores clásicos españoles, en especial Albéniz y Turina. Como primeros maestros tuvo, también, a Manolo Sanlúcar e Isidoro Carmona. Con sólo 14 años obtuvo los primeros premios de Guitarra en los concursos nacionales de Córdoba y Jerez.

Además de en diversas grabaciones, acompañó a Carmen Linares en la taranta que esta gran cantaora presentó en la película Flamenco de Carlos Saura (1994), y a Enrique Morente en la mejor versión de pieza Estrella, entre otros muchos temas. Ha acompañado a numerosos cantaores, algunos tan diversos como Chano Lobato, Narajito de Triana, Juana la del Revuelo, la Susi, Paco Taranto o Romero Sanjuán.

Pero, tanto o más que en el acompañamiento al cante, sobresale como solista. Desde su primer álbum, Juego de Niños,  hasta el último,  Alcázar de Cristal (Audivis, 1996), Riqueni ha dado muestra de su gran talento como compositor dejándonos  piezas que han quedado  fijadas en la historia del flamenco, como es el caso de “ la Minera”  que registró   en el esplendido Flamenco  o el Garrotin en Mi tiempo. A destacar el álbum Maestros que produjo Enrique Morente (Discos probéticos, 1994) donde Riqueni rinde un homenaje a los cásicos,  interpretando obras de Sabicas, Niño Ricardo y Esteban de Sanlúcar.

Ha colaborado, asimismo, con numerosos músicos de diversos géneros. Del guitarrista clásico José Maria Gallardo del Rey, con quien compuso e interpretó la Suite Sevilla (JMS, 1993) a Al DiMeola, Anouar Brahem, Bil Whelan o Rainer Brünninghaus, entre otros.