Rocío Márquez, Lámpara Minera 2008 en La Unión, presenta su primer disco, «Claridad»
en El Dorado Sociedad Flamenca Barcelonesa.
La joven cantaora onubense exhibe madurez, creatividad, frescura y un gusto muy personal y agudo en su largamente esperado debut discográfico.

Recital a cargo de Rocío Márquez (cante) y Pedro Barragán (guitarra).
Jueves, 22 de noviembre de 2012, 20 h. Entrada 10€, socios gratis.
Centre Cívic Parc Sandaru (Buenaventura Muñoz, 21. 08018 BARCELONA).

Rocío Márquez (Huelva, 1985) tenía apenas 22 años cuando en 2008 ganó la Lámpara Minera, el primer premio en el Concurso Nacional del Cante de las Minas. El caso de Miguel Poveda, que obtuvo el galardón a la misma edad, en 1993, es el único antecedente a tal precocidad. Las comparaciones entre ambos cantaores fueron entonces inmediatas. La voz melodiosa y dúctil de Rocío Márquez dio pie a ello.

Sin embargo, Rocío Márquez posee una personalidad muy acusada, y partía además de una dilatada experiencia en el flamenco. Desde muy niña frecuentó clases en la Peña Flamenca de Huelva. Debutó con sólo 9 años en la Peña Flamenca de la Orden y, a caballo entre la niñez y la adolescencia, participó en concursos radiofónicos y televisivos, donde obtuvo premios y se familiarizó con cámaras y micrófonos.

Al mismo tiempo, emprendió una sólida formación musical. Tras cursar de niña el grado elemental de piano, se graduó en Magisterio Musical en la Universidad de Sevilla. Asimismo, en 2005 fue becada por la Fundación Cristina Heeren de Sevilla, donde recibió clases de José de la Tomasa y Paco Taranto, entre otros cantaores, y donde ella misma ejerce de profesora desde hace dos años.

Su carrera, hasta el momento, viene definida por una constante progresión, en la cual la Lámpara Minera señaló sólo una primera constatación de su potencial artístico. Lo confirmó de inmediato en el circuito de los festivales flamencos, donde la admiración siguió a la expectación, y más aún en grandes teatros (Muñoz Seca, Isabel la Católica de Granada, Palau de la Música de Valencia…) y en giras internacionales.

En «Claridad» (Universal, 2012) le acompañan las guitarras de Alfredo Lagos y Guillermo Guillen y, tanto como un insólito repertorio, no sólo por extenso, exhibe una aguda creatividad en estilos como los fandangos de Huelva que cruza con la jota de Aroche, verdiales de cierta inspiración morentiana o una guajira con aires de rumba en la que le acompaña la flauta de Jorge Pardo y evoca a Vallejo y la Niña de los Peines.

Las siguiriyas, a tiempo bailable, o los cantes de Levante, obligados dado el premio en La Unión, completan el álbum donde, como ha señalado Juan Vergillos en Diario de Sevilla, «llega la nueva voz fresca de esta intérprete cargada de presente, clásica y fresca a un tiempo». «Optimismo en tiempos oscuros», afirma, en una conclusión que se anticipó al recital que la cantaora efectuó el pasado julio en el Pozo de Santa Cruz de Sil (Leon), donde cantó para los mineros allí encerrados en defensa de sus puestos de trabajo.

Para la presentación de «Claridad» en Catalunya, que acoge El Dorado Societat Flamenca Barcelonesa, Rocío Márquez ha requerido como acompañante al guitarrista catalán Pedro Barragán (Barcelona, 1979), compañero de promoción en la Fundación Cristina Heeren, con quien este otoño comparte gira en el circuito que la Diputación de Sevilla, promovida por las peñas de la provinvia. Formado en el Conservatori del Liceu de Barcelona, suele acompañar, entre otros, a Carmen Linares, Paco Taranto y también a artistas de su generación como la propia Rocío o Gema Caballero con quien recientemente acaba de sacar un disco al mercado.