“ Si al sur del sur de la vieja Europa se plantó el árbol del compás y de la gracia que floreció en mil FANDANGOS del otro lado de la mar atlántica por la parte caribeña de la isla de Cuba llegó como en volandas de calientes olas oceánicas la tremenda potencia del sustancial y negro injerto de la carne viva y el deseo en ritmo de TANGO”
Así nos presenta Ortiz Nuevo su conferencia.
“Tango que te quiero tanto”, conferencia online de José Luis Ortiz Nuevo.
Jueves 4 de junio de 2020 a las 19 horas
La última vez que visitó El Dorado, Ortiz Nuevo nos habló de la fecunda relación que desde el principio hubo, entre el Género Teatral y el Género Flamenco. Eligió para mostrarlo la rica vida cultural de la Habana tal como era vivida en esos años previos y próximos a la codificación del flamenco.
Así vimos que en la década de los 50 del siglo XIX, muy poco antes de que Silverio volviera de Uruguay y diera comienzo lo que el mismo Ortiz Nuevo ha denominado la Década Prodigiosa o el Big Ban Flamenco, en ese tiempo que, por ejemplo en Sevilla, se encontraban Julián Arcas y Antonio de Torres para dar forma definitiva a la guitarra que hoy conocemos, en ese mismo tiempo, en el Caribe se disfrutaba con intensidad los acontecimientos que este género producía aunque aún no se llamara flamenco. Y eso, naturalmente era así porque había un público que lo demandaba.
La Habana, solo estaba lejos de Cádiz en kilómetros y porque estaba la mar de por medio pero, por lo demás, era un territorio bastante próximo.
El Faro Industrial de la Habana, por ejemplo, en sus crónicas se refería con frecuencia a “la gente de caliá” (escrito así en andaluz) como un grupo numeroso de personas diferenciado del resto de asistentes a los espectáculos por un conocimiento específico en la apreciación del “género andaluz”. Es decir, lo distinguía como sinónimo de afición. No es un dato menor, indica poso de algo que está muy vivo.
La historiografía del flamenco llamó de “ida y vuelta” a un grupo de estilos que nacidos aquí volvieron impregnados, en su uso, del sabor americano, como si fuera una deformación del lenguaje… pero ¿realmente fue así? o por el contrario ¿hay una música de allí que se incorporó con personalidad propia al repertorio flamenco? En el caso del Tango parece claro y así lo observaron Ortiz Nuevo y Faustino Núñez cuando publicaron, hace ya veinte años, “La Rabia del Placer”.
Faustino lo deja claro en su blog Flamencópolis “….Desembarca en España procedente de Cuba como tango americano o tango de negros, cultivándose en muy numerosas ocasiones en los teatros gaditanos contribuyendo al cultivo en la península ibérica de un tipo de danza de compás binario que venía a completar el panorama métrico de la música andaluza donde predominaba el compás ternario.”
Finalmente, Ortiz Nuevo nos trae, para fijar la imagen, esta nota de la prensa cubana de entonces publicada en El Siglo, La Habana el 17 de agosto de 1864.
El día de la Asunción … se bailó con desesperación: la rabia del placer dominaba aquella multitud que le imprimía a la danza ese sello sui géneris, africano, que participa de las contorsiones de la culebra y de qué sé yo cuantas cosas más…
EL DORADO
Sociedad Flamenca Barcelonesa